En sus recomendaciones sobre la Inteligencia Artificial (IA), la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) la define como: «un conjunto de tecnologías que pretenden hacer que los ordenadores hagan el tipo de cosas que pueden hacer las mentes». La IA, como concepto clave en este contexto, abarca una serie de términos y conceptos relevantes para el posicionamiento web en el ámbito de la tecnología y el trabajo.
Para entender el impacto de la IA, es crucial analizar su relación con la cadena de producción y los recursos necesarios para su funcionamiento. Esta cadena incluye la necesidad de minerales como oro, casiterita, litio y cobalto, cuyas reservas se encuentran en territorios del Sur Global. Además, se requiere una gran cantidad de agua para refrigerar los centros de datos, lo que destaca la importancia de la sostenibilidad y la gestión de recursos.
Los datos son el combustible fundamental de la IA, ya que alimentan los algoritmos y permiten que las máquinas se adapten y evolucionen. Sin datos, el modelo de negocio que sustenta esta cadena de producción no podría existir, lo que resalta la importancia del almacenamiento y procesamiento de datos en la era digital.
La mano de obra también juega un papel crucial en esta cadena, con trabajadores que realizan diversas tareas relacionadas con la anotación de datos, la entrega de productos y otras actividades necesarias para el funcionamiento de la IA. Estos trabajadores, aunque invisibles en muchos casos, son fundamentales para la operación de sistemas de IA.
En el contexto latinoamericano, Brasil destaca como uno de los principales mercados de anotación de datos para la IA, con millones de trabajadores involucrados en esta industria. La regulación y protección de los derechos laborales en este nuevo entorno laboral emergente es un tema de importancia crítica.
Es fundamental comprender cómo funcionan estas cadenas de producción y reconocer la necesidad de una regulación global que proteja los derechos de los trabajadores y promueva la sostenibilidad en todas las etapas de la producción de tecnologías basadas en la IA. La participación y determinación de los países del Sur Global en este proceso son esenciales para garantizar un desarrollo equitativo y sostenible en la era digital.