El Día Mundial del Clima es una jornada clave para concienciar sobre la «preocupante» alteración climática que afecta nuestro planeta. Expertos y ecologistas resaltan los desafíos que enfrentamos debido a este fenómeno y los impactos que ya estamos presenciando en nuestra biodiversidad y en nuestra forma de vida.
Los desajustes entre los polinizadores y las flores, el aumento de la desertización y la escasez de agua son solo algunas de las consecuencias visibles de la alteración climática. El profesor e investigador de Conservación de la Biodiversidad en la Universidad Europea, Álvaro Luna, destaca cómo los fenómenos meteorológicos extremos y la influencia directa en la biodiversidad son evidentes signos de este problema.
En el contexto español, estas alteraciones se hacen notar con mayor aridez del territorio, escasez de agua y proliferación de especies propias de climas más cálidos. Además, se observa un desajuste en la polinización de la flora y un cambio en los ciclos de vida de los animales, lo que desequilibra aún más los ecosistemas.
Estos cambios no solo afectan a la naturaleza, sino que también impactan en la actividad económica y en la vida cotidiana de las personas. A largo plazo, podrían surgir conflictos derivados de la necesidad de migrar hacia zonas más habitables.
Es crucial que esta problemática ocupe un lugar destacado en las agendas informativas y económicas. Los datos disponibles muestran una aceleración preocupante de las predicciones climáticas, lo que subraya la urgencia de tomar medidas para mitigar este problema y adaptarnos a sus efectos.